Antes que nada, pediros disculpas porque la semana pasada no hubo post, podría contaros cualquier excusa de que no tenía tiempo, pero, para ser honestos, simplemente volví a España durante tres días para ver a mi familia y preferí disfrutar del tiempo con ellos.
Durante el viaje de ida (sábado a las diez de la mañana) recordé un efecto que ya conocía. Durante el vuelo tenía el GPS conectado, pese a tener puesto el modo avión (si alguien sabe si hay algún inconveniente que me lo diga por favor), y me percaté que el trayecto que seguíamos no era una línea recta (vista sobre el mapa).
En el ejemplo de la foto de arriba se observa lo que os comentaba, pero, lo que no estábamos teniendo en cuenta es que el mapa es solo una representación 2D de una esfera tridimensional, por lo que las distancias no son las mismas. Para el cálculo de la ruta más corta entre un punto y otro de una esfera se calcula la ortodrómica, que no es mas que la línea mas recta de un punto a otro en una esfera. Si prolongamos esta recta hasta que cruce toda la esfera encontraremos lo que se conoce como el Gran Círculo, que suena muy notorio pero ya veis que es una tontería.
Para el caso del vuelo Copenhague-Alicante, tal vez no siempre se siga esta recta debido a fenómenos atmosféricos o al gran tráfico aéreo en la zona, pero, para un vuelo, por ejemplo, Madrid-Nueva York, sí que se prefiere seguir este tipo de curvas debido a la larga distancia que se recorre y donde la diferencia entre lo que pensamos que es una línea recta y la ortodrómica se acentúa muchísimo más.
Y hasta aquí el post de hoy, un post un poco más teórico pero divertido y sencillo de entender. Espero que os haya gustado y, como siempre os digo, si tenéis alguna duda o pensáis que hay algo incorrecto podéis hablarme a través de Twitter o correo electrónico.